¿Qué se puede decir de los Beatles que no se haya dicho ya? Cada canción y cada tonada tienen historia para miles de personas simultáneamente. Mafalda tenía un montón de historias con los Beatles. Manolito tenía otras tantas. Todos tendremos, cuando menos, una decena. La cantidad de películas, de imágenes y momentos que pueden evocar es abrumadora; son referencia para tantas cosas. Hay una nube enorme de relatos personales que nunca se salvarán con total justicia encima de cada canción y de cada momento, de cada frase y de cada imagen de los Beatles. Y como si de una religión se tratara, (habrá para quien de hecho es así) existen los fundamentalistas de los Beatles, que seguramente nunca estarán enteramente de acuerdo con lo que de los Beatles se dice o los lugares en los que se van incluyendo sus canciones. Hay quienes dedican su vida entera a la investigación de los momentos, argumentos y razones de la creación de cada canción y existen también personas para las que coleccionar memorabilia de los Beatles es el gran motor, motivo de su vida…
Los grandes temas siempre resultan truculentos. Se arriesga mucho al intentar abarcarlos, porque son vastos, porque siempre habrá quien los conozca más, con mayor extensión o con mayor profundidad; porque se termina siendo pretencioso si se intenta decirlo todo, no hay nunca quien lo diga todo. En música quizá no hay tema más grande que los Beatles, y el único modo lícito que encuentro para abordarlo es el mío. El modo en que yo los conozco y los puedo entender. El modo en que los Beatles son para mí.
Que (a estas alturas quizá no hace tanta falta aclararlo) al final es un poco la saludable línea, un tanto ególatra y personalista, del programa.
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