Este es un aviso no tan oportuno. Gracias.
Oséase, la Feria Nacional del Libro de León no dá el ancho (de banda) y como íbamos a transmitir desde ahí pues nada, una interrupción más en el siempre intermitente RetroVisor. Ahora voy a sentarme en una banca de la calle a mirar el horizonte al atardecer y preguntarme de modo, oh, nostálgico, si alguna vez lograré transmitir durante más de un par de meses consecutivos.
Lo bueno de la FeNal, es que es una feria y tiene muchos libros. Vayan y gasten mucho y sientan remordimientos de comprador compulsivo. O eso me dicen que sucede...
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