26.10.09

Este miércoles yo me pongo cervantinosa y no hay RetroVisor, pero sé que no les importa porque cervantinear me hace feliz. Y bueno, habrán notado que hay remodelación aquí; es porque también hay remodelación aquí. Hay que verla, porque salgo en una foto ultra-ojerosa. Yay!

Vuelvo la siguiente semana...

Abrazos culturales.

19.10.09

Pedro Infante

"La nostalgia es veneno ventajista, sobre todo si no hay con quien reirse de ella."

- Xavier Velasco

Hay nostalgias de todos los tipos. Las hay lindas y sepias, perdidas, frecuentes, las hay que nos hacen suspirar, enojarnos y las que nos hacen sonreir y la nostalgia, la melancolía, el recuerdo, las enmarcamos todas dentro del mismo cuadro, porque generalmente nos evocan a la misma persona o lugar, cosa, momento o sensación. Son una cosa truculenta los recuerdos, porque lejos de permanecer como sucedieron o se sintieron, se van modificando del mismo modo que nuestra vida lo hace; es decir, los recuerdos permanecen, y no. Además nada puede hacerse con los ellos, sino hasta que lentamente dejan de ser recuerdos y se convierten en olvidos... y eso no sucede siempre.

Hay también recuerdos que no sólo nos pertenecen, sino que inevitablemente compartimos con mucha gente, que se transforman en códigos en común, que sin que lo notemos van formando parte de nuestra constitución identitaria. Justo para ejemplificar está el programa y éste conocido personaje de hoy, que probablemente había obviado durante todo éste tiempo por el simple hecho de que nos, (y un poco a pesar mío) me pertenece tanto.



Yo no sé si éste cliché del mexicano entequilado y doloroso sea cierto en la generalidad, lo que sí sé es que cuando menos (exceptuando el traje de mariachi) más de alguna vez ha sido cierto para mí.




¿Lo mejor? Las voces off...

6.10.09

Edith Piaf



Son las tragedias de nuestras vidas las que nos marcan, aún por encima de los momentos de felicidad, porque de los momentos trágicos se trata uno siempre de olvidar, y son las cosas que ocultamos de los demás, las que preferimos no contar a nadie y esperamos que algún día se pierdan entre propias memorias más alegres, las que realmente nos hacen quienes somos. Nada dice de nosotros como las cosas que vamos por ahí escondiendo. Es justamente por eso que vamos por ahí escondiéndolas, porque delatan demasiado; algo horrible pasaría, sin duda, si algún día pudieramos simplemente leer en los demás todos sus secretos.

Y los secretos, las tragedias, también tienen lugar dentro de la nostalgia y el recuerdo. No quizá por el mismo motivo que las memorias lindas, tan importantes que resulta imposible olvidarlas. Las tragedias crean, obvio, vidas trágicas de personajes entrañables, en todo el sentido de la palabra, en el que nos hace entender que nos remueve la tripa, porque tenemos todos un poco (o mucho) de instinto dramático dentro de nosotros. Las vidas trágicas además, están llenas de peripecias incomunes, sobre todo las trágicas existencias de los artistas. Hay montones de vidas trágicas entrañables. La de Edith Piaf es una de esas.